POSIBILIDADES DE LA TINTA

Tintas blancas, termocromáticas, sensibles a la luz UV y ecológicas, un universo de posibilidades ofrece la industria para añadir valor al producto impreso.

La tinta ha sido un elemento fundamental en la transmisión de cultura y no ha dejado de evolucionar para aportar riqueza a los productos impresos. Los avances en la fabricación de pigmentos se han sumado a iniciativas creativas por parte de impresores visionarios que han generado un universo de posibilidades para llevar al papel cualquier idea o proyecto.
Exceptuando técnicas como la serigrafía y la estampación había sido prácticamente imposible imprimir en blanco con una opacidad medianamente aceptable, especialmente sobre papeles oscuros y negros, pero en los últimos años este reto se ha cumplido y es posible observar impresos en los que la tinta blanca es protagonista.
También, la impresión en tinta blanca está disponible tanto en el sistema offset como en el digital, lo cual supone que es posible acceder a ella en tiradas muy altas o muy reducidas sin que suponga un costo inasumible.
Las “tinta negra”, “tinta invisible” o ultravioleta tienen como principal característica que no son visibles al ojo humano en condiciones normales, haciendo necesaria una fuente de luz ultravioleta para desvelar su apariencia. Normalmente se trata de tonos fluorescentes que van desde el amarillo al violeta intenso, siendo las tonalidades anaranjadas y rojizas las más comunes.
Los pigmentos que reaccionan a la luz ultravioleta llevan utilizándose para diferentes propósitos desde principios del siglo XX, en general como sistema de seguridad, pero en la actualidad es mucho más fácil y económico acceder a este tipo de impresión, y pueden ser utilizadas con fines creativos.
Desde su aparición en productos de consumo a mediados de los años 70 los pigmentos termocromáticos han evolucionado y se han vuelto accesibles a la impresión de grandes y pequeñas tiradas, ofreciendo un sinfín de posibilidades a nivel creativo y permitiendo al usuario sorprenderse e interactuar con el producto final, por ejemplo en envases de bebidas cuyas etiquetas nos indican si el liquido está a la temperatura idónea para ser consumido.
Otro reto de la industria gráfica es el de la responsabilidad en cuanto al impacto en el ambiente. Históricamente, la producción de papeles y tintas requiere de procesos químicos que generan importantes cantidades de residuos nocivos para el medio ambiente. Es por ello que cada vez más impresores están incorporando en sus negocios pigmentos de origen vegetal.

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