IMPULSAR EL PUNTO DE VENTA

En las grandes ciudades, los consumidores se encuentran saturados por la cantidad de mensajes publicitarios y en gran parte tienden a ignorarlos o, peor aún, rechazarlos.

Uno de los peligros a la hora de pautar en vía pública es caer en la contaminación visual y que el mensaje sea parte del ruido; por eso las empresas buscan que el consumidor tenga una experiencia y establezca una relación con la marca y trabajan sobre las emociones de los clientes: los colores, la música, la iluminación, los olores, los sabores y el tacto.
Los “creadores de experiencias” son una realidad en las agencias y las compañías cada vez las solicitan más. Se trata de utilizar el ‘visual marketing’ para lograr desde exhibiciones hasta puestas escenográficas tanto en outdoors como en indoors. Esta disciplina puede lograr diferenciar a la marca gracias a la combinación de las ciencias de la conducta, el arte, la plástica y la arquitectura y sus aportes a la estimulación de los órganos de los sentidos.
A la hora de realizar una acción visual es necesario elaborar un relato pensando en el potencial consumidor y conocer sus intereses, opiniones y actitudes frente a determinadas situaciones; definir el eje temático de la experiencia, a partir de las necesidades del cliente, y decidir qué productos o categoría de productos formarán parte de la experiencia.
Además habrá que determinar el grado de participación que se espera a partir de experiencias educativas, escapistas, de entretenimiento o estéticas; no dejar nada librado al azar; definir el espacio, considerando que debe permitir que la gente pueda transitar e interactuar; establecer los materiales para la construcción.
Cada marca debe buscar la mejor manera de llegar a su consumidor o potencial consumidor al analizar sus gustos, intereses y fantasías. Las opciones que se han puesto de moda durante los últimos años son varias: incorporar personas a las vidrieras; usar imágenes 3D; crear escenografías o ventanas interactivas.

03 de enero de 2018 – ep