ENVASES INTELIGENTES

Los consumidores tienen la necesidad de saber si la calidad del producto ha sido alterada negativamente por malas praxis o deficiencias en la distribución.

 

Una de las tendencias es el de los envases caloríferos que actúan a través de reacciones exotérmicas.


Los envases ayudan a proteger los productos y a alargar su vida útil, pero también pueden aportar información útil sobre su almacenamiento, calidad o procesamiento, esa es la característica de los smart packaging o envases inteligentes, la nueva generación de empaque.
Los smart packaging son los que, aparte de ofrecer protección, interactúan con el producto y comunican información útil sobre las propiedades del mismo con la ayuda de indicadores o dispositivos monitorizados (etiquetas, tintes o esmaltes).
En esa línea, existen envases que cambian de color cuando su contenido varía sus características organolépticas, un método muy útil para conocer a simple vista si el producto pierde sus cualidades, si hay alguna fuga o si está en mal estado, por lo que contribuyen a reducir posibles intoxicaciones y el desperdicio de alimentos en buen estado.
Otro sistema es el indicador que varia si la temperatura programada durante su procesamiento se sobrepasa o si está por debajo de los niveles exigidos. Además, existen los indicadores de tiempo-temperatura que generalmente están en forma de etiquetas que actúan por reacciones físicas y químicas.
Además, existen envases activos que, a pesar de interactuar con el alimento para aumentar su vida útil, no ofrecen información adicional al consumidor. En este caso, incorporan sustancias que absorben oxígeno, etileno, humedad, dióxido de carbono, sabores u olores.
Presentan dos mecanismos de actuación: introducción del elemento activo en el interior del envase junto con el producto (en una bolsita, sobre o etiqueta) e incorporación del elemento activo en el material del envase en forma de aditivo (se libera al alimento o que absorbe alguna sustancia de forma controlada en el interior del envase).
Una de las tendencias es el de los envases caloríferos que actúan a través de reacciones exotérmicas gracias a una piedra caliza y agua pura. Son envases que se calientan solos: una solución para comer caliente en ocasiones como excursiones, sin necesidad de ninguna fuente calorífica externa.
Asimismo, existen envases de de frío al instante que enfrían el packaging mediante la incorporación de un condensador, un colector de vapor y un desecativo a base de sal. De igual modo, aparecen los envases con aviso acústico.
El interés por la comodidad, la calidad de los productos y el crecimiento de nuevas tecnologías hacen que la demanda de este tipo de envases sea cada vez más grande. Es muy probable que en unos años sea un compañero habitual de la compra diaria.