CARTELES EFICACES

En un mundo cada vez más digital, impalpable y virtual, algunas herramientas que parecen antiguas siguen siendo eficaces y potentes.

Nacido hace siglos, disponible en formatos pequeños, como los pósteres, o enormes en vallas, el cartel sigue reinando en las ciudades, especializándose en la comunicación de determinados sectores y abriéndose paso como herramienta meramente publicitaria.
El cartel de este milenio es una herramienta informativa y promocional muy poderosa: pegado en las paredes, habla a los transeúntes que se paran a observarlo. Y, por eso, se ha convertido en una herramienta informativa usada principalmente para la comunicación de eventos culturales y artísticos, festivales, administraciones e instituciones y empresas.
El cartel debe ganarse la atención del público, abriéndose paso en espacios abarrotados. Lo importante, para un buen diseño es captar la atención de los transeúntes. La forma más sencilla para crearlo es buscar una imagen bonita, poner encima un texto con la información necesaria y mandarlo a imprimir.
El proyecto del diseño del cartel debería ser el primer paso cuando se afronta la comunicación visual de un evento: es la referencia a partir de la cual crear el resto de los elementos de comunicación. Debe ser el punto de partida para el póster, el folleto, las tarjetas e invitaciones y para guiar la comunicación en las redes sociales.
La información es fundamental: debe ser bien visible el título del evento, las fechas y los lugares en los que se va a desarrollar. Y resulta fundamental añadir un sitio web y la información de contacto. Los caracteres deben ser bien legibles desde una distancia de medio metro. Debemos tener en cuenta el público objetivo y el de referencia que leerá con dificultad una fuente inferior a 24-30 pt a esa distancia.
A eso se suman cuñas, pies y recuadros para organizar el caos de logos a menudo mal diseñadas y enviadas en formatos imposibles. Para evitar ese problema, es bueno informarse de la necesidad real de los logos, ya que a menudo basta con incluir la denominación de las entidades y administraciones.
Además de utilizar efectos de transparencia (en Adobe, multiplicar para superponer el logo al fondo). Sobre todo en los casos en los que los logos estén mal diseñados, no es importante el color final del logo, sino su presencia y dejar un espacio franco para insertar posibles logos y denominaciones.

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