Los avances tecnológicos presentan cámaras con mayores recursos y calidad, que facilitan su manipulación y elección de imágenes. Los manuales especializados definen a la fotografía digital como la obtención de imágenes mediante una cámara oscura, de forma similar a la fotografía química. Las capturas son a través de un sensor electrónico que dispone de múltiples unidades fotosensibles, las cuales aprovechan el efecto fotoeléctrico para convertir la luz en una señal eléctrica, la cual es digitalizada y almacenada en una memoria. Para el trabajo del diseño y la publicidad, las cámaras digitales presentan varias ventajas. En principio, ver las fotografías en el momento que se toman, seleccionar las mejores y eliminar las demás. De esta manera, no se desperdician recursos guardando e imprimiendo fotografías que no son de buena calidad o que no agradan. Es característico del formato digital poder almacenar mediante dígitos que no cambiarán con el transcurso del tiempo. Por lo tanto, no se afectará la calidad de la imagen. Las películas convencionales tienen una vida relativamente corta y con el tiempo terminan perdiendo calidad. Debido a que este tipo de fotografía produce imágenes digitales, el usuario puede editarlas de forma inmediata, enviarlas por correo electrónico o publicarlas en un sitio web. La reproducción de una imagen almacenada en un soporte digital puede repetirse cuantas veces se desee y siempre se produce un duplicado con la misma calidad de la imagen original. La fotografía digital ofrece mayores posibilidades de control creativo, ya que el fotógrafo puede revisar las imágenes en el monitor de la cámara para controlar la composición y el color, reduciendo así el número de tomas. A su vez, las cámaras digitales juegan un papel muy importante cuando los tiempos de producción de material gráfico son cortos o cuando el volumen de imágenes es alto, como sucede por ejemplo en periódicos, impresos publicitarios o catálogos.