Las fashion libraries son locales inspirados en el servicio de las bibliotecas: prestan tres o cuatro prendas por semana, a cambio de una cuota económica. En el mercado de la moda se impone un nuevo protagonista: las fashion libraries (o clothing libraries). Se tratan de locales que, inspirados en el servicio de préstamo de las bibliotecas, funcionan con un sistema de socias y una cuota (que suele ir de 15 a 35 euros mensuales), que dan acceso a unas tres o cuatro prendas por semana. Si bien este tipo de comercios apunta a marcas de alta calidad, ser caracterizan por se más asequibles que los habituales en un alquiler convencional. La mayoría se nutre de donaciones, de particulares o de distintas compañías, con opción a compra y de carácter ecológico. Pret a Preter, en Toronto, es una tienda que conecta a sus clientas con buenas ofertas: “Queremos eliminar la dependencia hacia las cadenas de low cost y ofrecer prendas de calidad a precios muy bajos”, explicó Carol Burbank. Marcas como Levi Strauss le ceden sus modelos, pero también adquiere mucho material vintage. “Estas empresas conjugan la conciencia medioambiental con la actualización por temporada que está, hasta hoy, en el ADN de la moda”, explicó Gabriela Pedranti, profesora de Fashion Marketing and Communication en el IED Barcelona. Por su parte, la alemana Christine Schorn sostuvo que el “objetivo es animar a la experimentación sin consumir de manera irresponsable”, que hace cinco meses creó junto a su hermana María el espacio Ropateca. En países como Finlandia este modelo de negocio está cada vez más generalizado. “Una de las características principales de estos proyectos es no centrarse solo en las ocasiones especiales. La idea es disponer de un armario comunitario para renovar el estilo cada semana de forma ética, sostenible y económica». Este innovador local sirve, además, de plataforma para los diseñadores locales. 20/05/2015 – AGP