La creación de sombras y degradados de colores es una de las solicitudes más comunes para en serigrafía. Existen dos métodos principales para hacer degradados. El primero se basa en la mezcla de tintas y, el segundo, mediante la variación del tamaño de los puntos en las pantallas o mayas. En ambos casos, no existe una única receta para lograr un mejor resultado; dependiendo del trabajo, cada diseñador utiliza su propio criterio para definir cómo se va a manejar. El primer método consiste en mezclar dos o tres tintas y correrlas al mismo tiempo para que se vayan intercambiando al irlas arrastrando, la principal ventaja de este método es que no se aprecian las tramas de los puntos aunque requiere de mucha práctica para lograr la repetitividad en un diseño. El segundo método se basa en utilizar diferentes tamaños en las aberturas de los puntos de las mayas siendo los más abiertos para colores intensos y los más cerrados para los colores claros; con este método se logra repetitividad en el diseño pero es muy fácil ver las tramas de los puntos. El secreto para lograr un degradado de calidad está en la estabilidad del rasero durante la combinación de las tintas. Para hacer este tipo de acabados se debe utilizar pantalla con positivos a medios tonos de más a menos. En cuanto a la malla, se puede usar desde una fina de 90, hasta una de 62, dependiendo de la cantidad de tinta que se requiera. Convencionalmente se utiliza un rasero de dureza media para que no se doble tanto y el depósito sea menor. Otro elemento que se debe cuidar mucho para obtener un resultado de calidad es el marco. Es recomendable utilizar un marco de aluminio que mantendrá una mejor tensión lo que ayudará a que la malla no tenga mucha flexibilidad para que la estabilidad de la misma tinta y el uso del rasero mantengan una constancia en la mezcla. Una segunda opción para lograr que no se noten mucho los puntos, es usar tramas o diseños tramados que escondan el punto. El punto de registro siempre debe contar con un positivo. Entre mejor sea el positivo, mejor resultado se obtendrá. En cuanto al revelado, es importante recalcar la importancia del tipo de luz que se utiliza. En el caso de optar por una luz alógena, se recomienda un tiempo de entre siete y diez minutos, dependiendo del uso y desgaste del foco. Al utilizar luz ultravioleta se debe tomar en cuenta el desgaste del tubo y el consumo que ha tenido. El secreto de un serigrafista es la práctica. Lo importante es hacer pruebas para poder desarrollar un producto de calidad. Si no queda a la altura, hay que buscar modificar la tinta, el hule, los ángulos, la presión, medir el arrastre. El objetivo de realizar pruebas previas es tener una imagen que servirá como guía de los siguientes trabajos a realizar. 12 de abril de 2016 – ep