Mucho Más Que Una Foto

La fotografía publicitaria es una rama de la fotografía profesional, en la cual se planifica y elabora una imagen que será difundida para transmitir un mensaje o emoción. Por eso, no busca ser objetiva, ya que tiene una voluntad o intencionalidad. Esa es su importancia comercial, por ser una herramienta cuyo fin es estimular la venta de productos o servicios. Es un proceso en el que es esencial conocer a quien va dirigido el mensaje y qué beneficios se esperan de la imagen. Por ello, debe haber un asesoramiento en el aspecto publicitario o relativo al marketing. El profesional debe conocer esta temática. Luego de las primeras charlas surgen las ideas y hay que tener en cuenta al destinatario del trabajo: el cliente del cliente. En la fotografía amateur, el fotógrafo debe satisfacerse a si mismo; en la de sociales, al cliente; en la publicitaria al fotógrafo, al cliente inmediato y a su clientela. Concretado el proyecto, empieza la acción. Para eso, es fundamental distinguir entre un aficionado y un fotógrafo profesional, pues sólo un trabajo profesional permite prever un resultado exitoso. La luz y la composición son herramientas primarias. Puede ser intensa, débil, dura, suave, de calidades distintas. Por ello, es muy frecuente observar en manos del profesional un fotómetro que para cuantificar algunas de estas variables. Con su equipo, pero fundamentalemente sus conocimientos y unas cuantas horas de trabajo, va construyéndose la imagen buscada. La pregunta de los que se acercan por primera vez a la fotografía publicitaria es si es cara. La respuesta es en cierta forma sí y en otra, no. Imaginemos que se desea realizar un trabajo para cierto producto. Es habitual que se recurra a quien tenga una cámara para obtener las imágenes, con el error frecuente de pensar que tener una cámara digital lo transforma en fotógrafo profesional. El paso siguiente suele ser crear un diseño gráfico, lo que debería hacer un profesional, con la fotografía como centro. Luego vendrá la impresión, distribución y los resultados. Si la imagen original fue mala, el resto será dinero y tiempo perdido. Esa fotografía barata no brindará ningún beneficio y la pérdida resultará muy superior al costo de un trabajo profesional. Por el contrario, imágenes de calidad publicitaria permitirán que el proceso posterior cobre sentido y, si los pasos siguientes fueron correctos, en poco tiempo volverá con creces esa inversión. La fotografía publicitaria profesional es costosa pero económica, porque no es un gasto sino una inversión con alto retorno.