Imprimime La Zapatilla Que Me La Llevo

La impresión 3D es una idea sencilla que consiste en fabricar objetos tridimensionales a partir de un modelo hecho en computadora. Los primeros usos apuntaban hacia la realización de prótesis médicas y luego el mercado comenzó a aprovechar esta tecnología y aparecieron objetos de merchandising, como llaveros, portalápices, pines, pero una marca de ropa deportiva se alzó con la victoria entre sus pares lanzando un calzado desarrollado para impresión 3D, que se adapta al pie al pie del deportista. Esta novedad tiene la ventaja de que “imprimir” la zapatilla no llevará mucho tiempo, ni mucha inversión. Así puede ver el modelo en el local y pedir que se lo realicen en colores a su gusto o que se amolde con mayor comodidad a su pie, sin necesidad de esperar a que el empleado vaya a la trastienda y regrese con pilas de cajas para probar. Tal como la zapatilla, la actriz Dita Von Teese modeló un vestido que se amolda al cuerpo realizado con la misma tecnología, otra empresa lanzó un skate impreso en 3D y la lista sigue engrosándose a diario. Si esta iniciativa tuviera éxito, otros elementos podrían salir de la impresora 3D de los comercios y más empresas se podrían lanzar a este ruedo. El proceso recién comienza y, si bien la aceptación todavía no ha sido muy importante entre los potenciales clientes, en la industria y el sector de la tecnología generó expectativa por conocer cómo reaccionarán los usuarios y conocer cuales serán sus críticas y elogios. Además de la impresora, el escáner 3D también está evolucionando y ambos elementos facilitarían el proceso de modelado y acelerarían el proceso de copiado, lo que en algún momento podría alentar la piratería, debido al fácil acceso a esta técnica y se podrían clonar objetos, o productos de marca.