IDENTIDAD EN EL INTERIOR

El interiorismo comercial consiste, en gran medida, en crear un ambiente que produzca en el cliente sensaciones concretas en la experiencia de cliente.

 

La misión del diseño de interiores comerciales es la de crear una identidad corporativa homogénea, con una imagen y personalidad propias.


La experiencia de cliente es fundamental para cualquier negocio. Y el interiorismo comercial trata de mejorar esas experiencias.
En la forma de experimentar la marca influyen poderosamente todos los sentidos. Los colores, las texturas, los olores, el hilo musical adecuado… todos estos elementos se unifican y dan lugar a la sinestesia, la creación de experiencias mediante las sensaciones generadas por los distintos elementos del espacio.
El objetivo final del negocio es la venta y, para conseguirla, el profesional debe utilizar el interiorismo comercial como herramienta.
Es imprescindible que el profesional sea capaz de visualizar y plasmar el concepto, aquello que la marca necesita. Tiene que tener la capacidad de crear los espacios adecuados, disponer los elementos de una forma determinada para crear ese ambiente que su cliente necesita. Al fin y al cabo, uno de los objetivos que se debe perseguir es que la experiencia de usuario sea tan buena, que la persona vuelva.
Un negocio que pretenda llegar a sus clientes tiene que conocer a su público y saber cuáles son sus preferencias, pero también debe estar al día de las tendencias de ese momento. Para crear experiencias singulares hay que atender las tendencias, y también las modas cambiantes, es la única forma de conseguir la atención del cliente.
Es por este motivo por el que siempre hay que estar al día de qué es lo que se lleva y de qué es lo que gusta en un momento concreto, y tener la mente abierta para poder renovar un negocio. Cada vez es más importante para los negocios contar con un interior y un diseño atractivos, impactantes. Es la forma de no dejar a sus usuarios indiferentes.