El internet de las cosas cambiará la forma de comprar, pero también agilizará la cadena desde la producción hasta la góndola. Las tecnologías de posicionamiento han prometido solucionar muchos de los problemas relacionados con la posibilidad de implementar sistemas que agilicen el movimiento de las mercaderías desde su producción hasta el punto de ventas, desde que apareció el internet de las cosas, estas promesas comenzaron a aparecer. Estas nuevas tecnologías materializadas en el sistema de localización en tiempo real (RTLS, siglas en inglés de Real-Time Locating System) o los Bluetooth Beacons podrían cambiar el sistema de trabajo y el de compra: la persona dejará de buscar los productos en estanterías y depósitos, para que sean estos los que le avisen dónde están. Los Bluetooth Beacons pueden relacionarse con dispositivos móviles en distancias de entre uno y 70 metros, lo que los convertiría en ideales para interactuar con una persona que hace sus compras en un centro comercial, guiarla, enviarle ofertas y sugerencias, todo de forma personalizada. Para su uso será necesaria la instalación de “faros” que emitan y reciban señales y puedan detectar la presencia de los equipos del cliente para guiarlos por el centro comercial. Fabián Audisio, consultor en tecnología, explicó que “los beacons son marquitas de bluetooth puestas estratégicamente para conocer la presencia en espacios reducidos: lo importante es cuánto se puede analizar en tiempo real las variaciones”. “La gracia de los beacons es cuánto se puede analizar en tiempo real los movimientos en consumo. Mapa de calor, promociones, presencia, sugerencias. Esto es puro software, porque los aparatos dan posicionamiento más algo. Ese algo puede ser identificación, movimiento, temperatura, aceleración, posición, inclinación, por lo que se requiere analizar esos resultados para conocer qué pasa”, agregó. Según el profesional estas aplicaciones permitirá “identificar activos y conocer su ubicación; entender su nivel de funcionamiento y el estado, en caso de utilizar sensores de movimiento o temperatura, se puede conocer la frecuencia de utilización, y rastrear en forma remota, por el internet de las cosas, en tiempo real”. Audisio recordó que otros inconvenientes en los depósitos son “los contenedores de consumibles vacíos, los elementos importantes agotados, la escasez de artículos. Entonces, se pueden utilizar estos faros que envían un mensaje cada tanto tiempo a quienes manejan el reabastecimiento y los administradores pueden ver la actividad en todas las ubicaciones físicas de forma remota y tomar decisiones”. El área de consumo es la de mayor desarrollo en la actualidad. Varias cadenas de supermercados en los Estados Unidos han aplicado esta tecnología “a través de una tarjeta de fidelización, invitando al cliente a conectarse por la red interna de bluetooth o wifi, para incitar a la compra. En la otra dirección están los programas de análisis, que van a permitir saber quien está y sus movimientos, por lo que se podrá armar un mapa de calor de un salón de ventas que dará los lugares con más movimiento y de qué tipo. Se podrá dar turnos, guiar a los clientes y mostrar a los proveedores las áreas más atractivas”, concluyó Audisio. 27 de abril de 2016 – ep