El Local, Amoblado

Los cambios en los hábitos de compra fueron impulsando la necesidad de contar con muebles que satisfagan al cliente y ayuden al comerciante El espacio dentro de los locales fue siempre un recurso especial. En épocas pasadas el sector destinado al depósito de mercadería era de aproximadamente 60%, mientras que el resto se lo repartían el comerciante que se movía entre el salón y el área de almacenamiento y los clientes, que esperaban ser atendidos. Ese concepto ha ido desapareciendo, para dar más lugar al sector de exposición y venta, con la idea de que lo que no se ve, no se compra. Esto dio lugar a que se estudien las actitudes del comprador y que se llegara a priorizar el sector derecho para su acceso y la separación clara del área de venta de la de depósito. Entonces, el mobiliario del local adquirió una importancia mayor y se busca que sea adaptable, dinámico, resistente, práctico y, obviamente, adaptado a la estética del negocio, con buena iluminación, la posibilidad de exhibir una gran cantidad de productos y acorde con los artículos a la venta. La importancia del mobiliario es tal que muchos puntos fríos del local, en los que las ventas están por debajo de la media, están muy vinculados con él por varios motivos: mala implantación de estanterías, inadecuada circulación para los clientes, poca luz, desorden, ruido. Es importante recurrir a un mobiliario que permita exponer el mayor número posible de artículos al alcance del comprador, por el mayor tiempo posible; eso facilitará la búsqueda y la elección de lo que iba a buscar y generará el deseo por otros que no tenía en mente adquirir. Habrá que tener en cuenta el surtido de mercadería que cada mueble puede presentar y contar con algunos especiales para determinados productos que puedan requerir de condiciones especiales de conservación, seguridad.     16/12/2015 ep