La iluminación en un local comercial es vital para marcar espacios y destacar productos. El primer contacto con la mercadería en un local llega por una mirada general del lugar donde se halla y, en ese sentido, los puntos de luz suponen un foco de atención de la mirada y un rincón en sombra provocará la indiferencia del cliente. Para atraer al cliente se debe actuar desde fuera; con la vidriera que es un lienzo donde los puntos de luz deben causar curiosidad y atraer la mirada del transeúnte para captar su atención. Una iluminación uniforme no llama la atención. Hay que potenciar luces directas sobre los artículos más interesantes o llamativos. Luego, el cliente potencial observará el interior del local; En la parte del comercio que el cliente pueda ver desde la calle, se destacarán objetos llamativos e identificadores de la marca, tanto productos en venta como de elementos decorativos. Jugando con la intensidad de las luces se marcará un recorrido visual. Con una iluminación general suficiente se apreciará todo el espacio y destacará con golpes de luz ciertos productos ubicados en zonas que deberán atraer al cliente. Tras observar el panorama y los productos, la luz tendrá que facilitar al cliente el proceso de compra. Por eso, iluminar la zona de probadores o caja simplificará el recorrido. Si hubiera algún cartel de promoción o aviso habrá que calcular bien el lugar donde colocarlo y la luz que lo iluminará. El color de las luces es importante, deberá estar de acuerdo con el resto de la decoración. Se pueden utilizar bombitas de colores o filtros. Aún las lamparitas blancas de distinto tipo favorecen el reflejo de unos tonos. Las lámparas incandescentes halógenas dan un tono amarillento-anaranjado, mientras el mercurio halógeno posee una luz azulada-verdosa. La radiación ultravioleta de algunos halógenos sin filtro decolora los productos. Debido a que el calor también decolora y estropea productos o decoración, se pueden utilizar lámparas con un filtro ‘dicroico’ que refleja hacia atrás 60% de la temperatura. Si bien la luz es una estrategia de venta, su costo no es despreciable, por lo que se deberá calcular cuántas lámparas poner para iluminar, teniendo en cuenta las usadas para dar toques. Se tiene que tener en cuenta que la cantidad de luz también depende del color del techo, las paredes y los productos: los colores oscuros requerirán más fuentes de luz para la iluminación general pero permitirán mejores resultados en la iluminación puntual; los claros en la decoración permitirán reflejar más la luz en el espacio general, reduciendo la necesidad de lámparas pero incrementando potencia en los focos a destacar. 28/06/2015 – ep