A la hora de asegurar al cliente que la impresión de colores va a ser tan precisa como él espera, será necesario contar con una serie de herramientas básicas. Si bien se han desarrollado una serie de programas para que las computadoras se acerquen lo más posible al color esperado, los accesorios diseñados para tareas muy específicas conservan un importante lugar en esta etapa de la tarea gráfica. Los gráficos necesitan medir la densidad de la tinta sobre el papel y el color de la imagen. Ambas variables intervendrán luego en la manera en que será percibido el color. Para obtener estas cifras, podrán utilizarse dos herramientas: el espectrofotómetro y el densitómetro; o bien, un espectrodensitómetro que combina funciones para medir ambas características. Un ambiente controlado de luz será esencial para visualizar correctamente las pruebas de color. La iluminación del espacio de trabajo deberá estar calibrada y se requerirá de una cabina de visualización adecuada al formato de las impresiones; es decir, si las pruebas de color serán tamaño carta u oficio, será suficiente con un dispositivo de escritorio, pero se necesitará una cabina de mayor tamaño para impresiones de gran formato, en las que se podrá simular luz de día, fluorescente, incandescente o UV. Además, la impresora que se utilice para generar pruebas de color debe asegurar la mayor estabilidad cromática, sin presentar variación en los tonos finales de las imágenes. Así, será recomendable recurrir a cartuchos nuevos de tinta que ofrezcan un desempeño constante sin riesgo de distorsionar colores, como podría ocurrir con cartuchos rellenados. El papel de pruebas deberá cumplir con características básicas como un mismo tono blanco en todos sus lotes, preservar los tonos de las tintas de impresión y tener el tamaño adecuado al proyecto. Un monitor calibrado permitirá ver el color de una manera más cercana al resultado de la impresión. La idea es ver el impreso contra pantalla y que se vean similares. Sin embargo, siempre habrá una diferencia entre el color luz del monitor (RGB) y el color pigmento de la impresora (CMYK). Los verificadores de color o color checkers son una especie de tabletas de colores o con escalas de grises, que sirven para corroborar la fidelidad de los tonos fotográficos. Durante la toma se colocan esos verificadores frente a la cámara, y una vez en la computadora se toman los valores de los colores en Photoshop (con la herramienta de gotero) para verificar que coincidan con los reales. Este proceso se complementará con un software especializado. 29/04/2015 ep